La escuela que creemos y queremos es una escuela participativa, igualitaria, integradora, cooperativa, solidaria y tolerante. La educación puede constituirse en un factor facilitador en la construcción de una sociedad más justa. Nuestro Centro apuesta por la resolución de conflicto mediante la mediación ya que ésta es un proceso basado en el consenso, la colaboración y una actitud constructiva .
La mediación es una forma de resolver conflictos
entre dos o más personas, con la ayuda de una tercera persona imparcial, el
mediador. Es voluntaria, confidencial y está basada en el diálogo.
Quien hace de mediador, lo
hace de manera voluntaria y antes recibe formación en temas como: el papel de
los mediadores, la escucha activa, la empatía, la autoestima , el respeto y la
tolerancia.
Los mediadores necesitan
tener claro que no se trata de un juicio en el que hay que buscar a un
culpable, sino que su papel consiste en posibilitar que los implicados
encuentren una solución al problema que tienen.
Desde hace varios cursos existe en nuestro Centro un
Equipo de Mediación formado por alumnas y alumnos de 6º nivel. Se forma con
aquéllas y aquéllos que previamente se presentan de forma voluntaria. Después de un
proceso de selección, las alumnas y alumnos elegidos reciben un curso de
formación para su posterior actuación.
El Equipo de Mediación del presente curso está formado por
Ainhoa, Sara, Pedro, Marta, Beatriz, Máximo, Paula y Clara. Siendo esta última
la Coordinadora de dicho Equipo.
El curso de formación estuvo organizado y subvencionado por
el Ayuntamiento de Tomares. Tuvo lugar en el Puerto de Santa María durante los días 16 y
17 de noviembre. Nuestro Equipo pudo disfrutar de la convivencia con alumnas y
alumnos del Colegio Al-Ándalus, Instituto Néstor Almendros e Instituto Ítaca.
El texto escrito por Sara y la presentación realizada por Pedro expresan impresiones y recuerdos de dichas Jornadas de Formación.
Campamento
de Mediación
Cuando
fui al campamento de mediación muchas personas me dijeron que tenía
suerte de irme y perderme un día de clase y que a ellos les habría
encantado ir pero a mí, personalmente, no me parecía que perdía un
día.
Al llegar al puerto de Santa María, después de dos agotadoras y aburridas horas de viaje, llegamos al campamento. Mi primera impresión fue que me gustó mucho y que el sitio y los monitores parecían agradables. Nos bajamos, cogimos nuestros equipajes y nos dirigimos al lugar que nos indicaron. Allí nos dijeron que esperáramos a que unos niños que venían de una escuela de Cadiz a pasar el día se fueran a ver el campamento, pero, al parecer,ocurrió algo y esperamos bastante más de lo previsto. Yo estaba muerta de hambre porque en el autobús no se podía comer y, gracias a mis súplicas, pudimos desayunar.
En
las clases nos enseñaron lo que éramos, no éramos, lo que no
debíamos hacer y las cualidades que debíamos tener:
Al llegar al puerto de Santa María, después de dos agotadoras y aburridas horas de viaje, llegamos al campamento. Mi primera impresión fue que me gustó mucho y que el sitio y los monitores parecían agradables. Nos bajamos, cogimos nuestros equipajes y nos dirigimos al lugar que nos indicaron. Allí nos dijeron que esperáramos a que unos niños que venían de una escuela de Cadiz a pasar el día se fueran a ver el campamento, pero, al parecer,ocurrió algo y esperamos bastante más de lo previsto. Yo estaba muerta de hambre porque en el autobús no se podía comer y, gracias a mis súplicas, pudimos desayunar.
Nos
enseñaron el lugar: las cabañas donde pasaríamos la noche, los
límites del campamento, las marismas, el restaurante, las aulas y un
parque infantil. A continuación se formaron las cabañas y a
nosotras nos tocó la última cabaña de las niñas: la número 5.
Las ocupantes de la cabaña íbamos a ser: Marta, Beatriz, Ainhoa,
Clara, Paula y yo pero una chica que no tenía grupo llamada Marta se
puso con nosotras.
Éramos:
-Los
que ayudaban a los nuevos a integrarse.
-Los
que escuchábamos problemas.
-Los
que integraban a los que eran tímidos.
-Los
que lideraban juegos y actividades que podrían ayudar a la
convivencia de la clase.
No
éramos:
-Policías.
-Chivatos.
-La
mano derecha de la señorita.
-El
tonto de la clase.
-Detectives.
Debemos
evitar:
-Dar
consejos : Deberías hacer esto...
-Insultar: Eres idiota...
-Criticar: Estaba claro que
venía de alguien como tú...
Cualidades:
-Debemos saber escuchar.
-Debemos saber mirar sin que
sepan que miramos.
-Debemos ser imparciales.
-Debemos escuchar a las dos
partes.
Luego comimos y , únicamente a
mí,varios niños de otros cursos (más mayores) empezaron a acosarme
diciendo: Sara,Sara Pablo te quiere ¡Dice que vayas a su cabaña!
Y yo me fui corriendo a la
habitación. Al llegar allí me tumbé en mi cama y esperé a que
vinieran mis compañeras.
Luego hicimos mediación y nos
fuimos a prepararnos para la cena.
Todos fuimos hacia el
restaurante y cenamos.
Al llegar la noche íbamos a
hacer una velada muy divertida con un juego que usaban los militares
para aprender a infiltrarse llamado: “Storking” que consistía
en: con unas pistas que te daban tenías que encontrar una bandera y
pintura para la cara, te tenías que pintar la cara y dirigirte a la
carpa donde te daban un trozo negro de cartulina y , en ese
momento,empezaba el juego individual:tenías que ir hacia una zona e
intentar infiltrarte sin que te vieran unos guardias. Si conseguías
infiltrarte sin que te vieran te daban un punto, si conseguías
infiltrarte con la bandera te daban 5 puntos, pero, si te veían,
tenías que darle tu vida e ir a la carpa a por otra.
De pronto, cayó un rayo muy
cerca de nosotros y tuvieron que anular el juego porque era peligroso
estar cerca de los árboles en tormenta.
En la carpa pusieron unos
altavoces y arreglaron un poco la velada y a las 00:35 nos fuimos a
la cama.
Yo no pude dormir bien puesto
que mis compañeras no pararon de hablar en toda la noche.
Al día siguiente desayunamos e
hicimos actividades de mediación: una iba sobre adivinar el asesino
y otra era sobre adivinar un código, pero, la que me emocionó fue
la última: dentro de un caja estaba la foto de la persona más
importante de la humanidad y, al mirar dentro,había un espejo.
Cuando llegó la hora de irse ,
mi monitor favorito, Balú, casi se pone a llorar porque yo no paraba
de abrazarle y nos subimos al autobús.
Es cierto lo que dicen : “El
viaje más difícil es el de vuelta”.